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Gandi Grefa, director de WITUK: el cine más que una herramienta es un arma

El cortometraje Wituk, de Gandi Grefa, se estrena la próxima semana en el Festival de Cine Latino e Ibérico de la Universidad de Yale. Este trabajo fue realizado por Gandi mientras cursaba el cuarto semestre de la carrera de Realización y Actuación en INCINE. El nombre del corto corresponde a un fruto amazónico que tiene varios usos medicinales y estéticos; entre ellos, la pintura facial y del cabello, práctica común en varios pueblos amazónicos. El tinte hecho con este producto natural permanece por varias semanas porque penetra en la piel. Por eso, Gandi eligió llamar de esta manera a su trabajo porque es lo que él quiere lograr al hacer cine: dejar una marca, una huella impregnada en la memoria de quien ve, escucha y siente sus obras.

Gandi Grefa y Viviana García, estudiantes kichwa hablantes de INCINE.

El corto trata de dos hermanas kichwas, esclavizadas desde niñas, que intentan fugar de su encierro con la ayuda de un ser espiritual, quien les ayuda a sanar física y espiritualmente. La historia está inspirada en la vida de las mujeres que forman el hogar de Gandi, quien dice: “En mis guiones hablo sobre experiencias personales donde plasmo los conflictos que existen en mi cultura amazónica. Alguna vez me dijeron: tú debes mostrar tu mundo al otro mundo; y esto ha quedado impregnado en mi cabeza haciendo que crezca desde lo más profundo la necesidad de navegar en el mundo del cine para romper estereotipos sobre los pueblos ancestrales. Deseo involucrar al espectador en un mundo de mitos leyendas y también de conflictos reales por la desigualdad de derechos, pero sin perder la esencia de nuestra cultura. Por eso guardo una estrecha sensibilidad y equilibrio, entre el lenguaje cinematográfico mundial y la creación de un nuevo lenguaje basado en las diversas culturas ecuatorianas.”

Fotograma de Wituk.

Rodar este cortometraje no fue fácil, dice el realizador. “Es el primer corto que realizo en mi idioma materno, el kichwa, lo que implicó una comunicación muy interesante con el crew sobre la esencia cultural que atraviesa el guion. Trabajar con actrices no kichwa fue un reto, pero su compromiso por aprender e investigar sobre mi cultura me llenó de mucha satisfacción. Hay una canción en kichwa que canta la protagonista en el corto, que dice: ‘Wituk warmi animi, kanda uyasha iñakani, Sacha pakalla rimashkara’, (soy una mujer de Wituk, nací entre cantos y susurros de la naturaleza). En el set, todos se sabían la canción y la cantaban y hasta ahora se acuerdan de ella. Por eso considero que el cine más que una herramienta es un arma, no letal sino expresiva.”

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